• 684632739 (Gijón) | 637613488 (Oviedo) | 637613488 (Avilés)

  • info@neurofuncion.com

Fisioterapia Neurológica

¿Terapia unimanual o bimanual?

¿Terapia unimanual o bimanual? 1792 1024 admin

La rehabilitación post-ictus busca restaurar la funcionalidad de las extremidades afectadas, y en este contexto, se han desarrollado dos enfoques principales: el entrenamiento unilateral (focalizado en la extremidad afectada) y el entrenamiento bilateral (involucrando ambas extremidades simultáneamente). La elección entre estos métodos puede influir en la recuperación funcional, y factores como la competencia interhemisférica, la severidad de la lesión y la cronicidad del ictus desempeñan roles cruciales en esta decisión.

Entrenamiento Unilateral

El entrenamiento unilateral se centra exclusivamente en la extremidad afectada, promoviendo su uso intensivo para mejorar la función motora. Una modalidad destacada es la Terapia de Movimiento Inducido por Restricción (CIMT, por sus siglas en inglés), donde se restringe la extremidad no afectada, obligando al paciente a utilizar la extremidad comprometida durante actividades funcionales. Este enfoque ha demostrado ser efectivo en la mejora de la función motora de la extremidad superior en pacientes con hemiparesia post-ictus. Sin embargo, su aplicación en la extremidad inferior y su impacto en el equilibrio y la marcha aún requieren más investigación.

Entrenamiento Bilateral

El entrenamiento bilateral implica el uso simultáneo de ambas extremidades en tareas coordinadas. Este método se basa en la premisa de que la activación conjunta puede facilitar la recuperación de la extremidad afectada mediante mecanismos de competencia interhemisférica, donde la interacción entre ambos hemisferios cerebrales puede potenciar la plasticidad neuronal y la recuperación funcional. Estudios han sugerido que el entrenamiento bilateral puede ser beneficioso para mejorar la función motora y la coordinación en pacientes post-ictus.

Competencia Interhemisférica

La competencia interhemisférica se refiere a la interacción dinámica entre los hemisferios cerebrales durante la ejecución de tareas motoras. Después de un ictus, especialmente en casos de hemiparesia, puede ocurrir una inhibición excesiva del hemisferio afectado por parte del hemisferio sano, lo que dificulta la recuperación. El entrenamiento bilateral busca equilibrar esta interacción, promoviendo una activación más armoniosa de ambos hemisferios y facilitando la recuperación de la función motora en la extremidad afectada.

Influencia de la Severidad y Cronicidad del Ictus

  • Severidad de la Lesión: En pacientes con déficits motores leves a moderados, el entrenamiento unilateral puede ser más efectivo, ya que estos individuos poseen una capacidad residual suficiente para beneficiarse de la práctica intensiva focalizada. Por otro lado, en casos de déficits más severos, el entrenamiento bilateral puede ofrecer una vía más accesible para la activación motora, aprovechando la sinergia entre ambas extremidades para facilitar movimientos que serían difíciles de realizar de manera unilateral.
  • Cronicidad del Ictus: La fase de recuperación post-ictus también influye en la elección del enfoque terapéutico. En etapas subagudas (dentro de los primeros meses post-ictus), tanto el entrenamiento unilateral como el bilateral han mostrado beneficios, aunque la evidencia sugiere que el entrenamiento aeróbico y de fuerza son fundamentales para mejorar la funcionalidad y la capacidad de marcha en estas fases.
    www.elsevier.com
    En fases crónicas (más allá de los seis meses), la plasticidad neuronal disminuye, y aunque ambos enfoques pueden ser beneficiosos, la intensidad y la especificidad del entrenamiento deben adaptarse cuidadosamente a las capacidades y limitaciones del paciente.

Conclusión

No existe un enfoque universalmente superior; la elección entre entrenamiento unilateral y bilateral debe basarse en una evaluación individualizada que considere la severidad del déficit motor, la fase de recuperación y las características específicas de cada paciente. La comprensión de los mecanismos de competencia interhemisférica y la adaptación de las estrategias terapéuticas en función de la cronicidad y severidad del ictus son esenciales para optimizar la recuperación funcional.

Trabajo de Equilibrio con Biofeedback.

Trabajo de Equilibrio con Biofeedback. 477 723 admin

El trabajo de equilibrio con biofeedback se ha convertido en una herramienta interesante en la rehabilitación neurológica. Este enfoque permite al paciente visualizar en tiempo real cómo se distribuye su peso y cómo responde su cuerpo a los ajustes, gracias a plataformas de presión conectadas a una tablet u otros dispositivos. El objetivo es facilitar la modificación activa del equilibrio mediante retroalimentación inmediata y precisa.

Los pacientes entienden sus desequilibrios al verlos reflejados, lo que promueve un aprendizaje consciente y mejora su control postural, eso sí, a base de práctica mantenida en el tiempo.

La retroalimentación inmediata les ayuda a realizar ajustes más eficaces y mejorar su estabilidad progresivamente. Además, ver su progreso en pantalla fomenta la participación activa, mejorando la adherencia al tratamiento.

Reflejar los resultados de inmediato potencia la plasticidad cerebral al combinar información visual con ajustes motores.

En las fotografías, os mostramos un ejemplo práctico: un paciente equilibrándose en una plataforma de presión mientras observa sus desplazamientos de peso en una tablet. Este tipo de trabajo es ideal para personas que han sufrido daño neurológico, como ictus o lesiones cerebrales traumáticas.

El biofeedback no solo mejora el equilibrio, sino que también refuerza la confianza del paciente en su capacidad para controlar su propio cuerpo. Si estás interesado en este enfoque, ¡no dudes en consultarnos!.

Neurofunción policlínicas, estamos en Oviedo, Gijón y Avilés.

Hiperextensión de rodilla en la marcha con ictus

Hiperextensión de rodilla en la marcha con ictus 1080 1080 FisioAso

La hiperextensión de rodilla es un fenómeno habitual durante la marcha en personas que han sufrido DCA.

Esta extensión de la rodilla durante la fase de apoyo de la marcha que va mas allá de la posición fisiológica supone un mecanismo adaptativo para conseguir estabilidad cuando no se puede conseguir de otra manera.

La preocupación de los terapeutas viene de que a medida que se hacen hiperextensiones repetidas, que muchas veces son bruscas, se desarrolla una hiperlaxitud de las estructuras posteriores de la rodilla, pudiendo llegar a provocar deformidad y dolor a largo plazo.

Inicialmente, el bloqueo de rodilla es una estrategia que aporta la estabilidad suficiente para conseguir adelantar el siguiente pie, sin embargo, también supone una limitación en las estrategias de equilibrio de la persona. Es decir, aportan mucha estabilidad en una posición concreta al fijar la articulación, pero fuera de esa posición no aportan nada de estabilidad.

Si realizamos una búsqueda bibliográfica sobre el tema hallamos muy pocos estudios y una gran falta de consenso acerca de las causas y mecanismos subyacentes. Principalmente los estudios que encontramos buscan una relación entre fuerza en cuádriceps, isquiotibiales y gastrocnemios con la hiperextensión de rodilla durante la marcha.

Entre estos estudios nos llama la atención el siguiente:

«The relationship of lower limb muscle strength and knee joint hyperextension during the stance phase of gait in hemiparetic stroke patients»;

Lo que encontraron fue una relación entre la debilidad de flexores plantares y la hiperextensión de rodilla durante la fase de apoyo medio. No se consiguió ningún otro resultado estadísticamente significativo, aunque la debilidad de flexores dorsales de tobillo estuvo cerca de alcanzar una asociación significativa.

Desgraciadamente el pequeño número de participantes en el estudio no permitió obtener mejores resultados, pero aun así nos hace reflexionar sobre la importancia de la musculatura de la pierna para la estabilización de la rodilla. Después de todo, los flexores plantares y dorsales son los encargados de estabilizar la tibia en la posición necesaria en la fase de apoyo de la marcha, si estos no tienen suficiente fuerza para realizarlo, ¿cómo van a mantenerse estables los segmentos superiores?

También es llamativo como no encuentran relación entre extensiones de rodilla y la hipertensión, cuando es muy habitual relacionarlos en la rehabilitación.
Fuerza muscular, rango articular, restricciones neurales o fasciales, alteraciones sensitivas, postura corporal… son muchas las piezas que forman el puzzle de este fenómeno, y este estudio nos aporta un poco más de información acerca de una de ellas. En el trabajo en clínica, un análisis y abordaje global son necesarios para obtener los mayores resultados.

Aquí está disponible el articulo completo en inglés:
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/pri.528

 

Por otro lado, es más que interesante el análisis que realiza Javier Sánchez en su canal Hemispherics sobre la evidencia del bloqueo de rodilla durante la marcha tras un ictus:

Fuerza y equilibrio en el ictus

Fuerza y equilibrio en el ictus 600 400 FisioAso
¿Cuántas veces asignamos sin querer, el nombre de pierna buena y pierna mala, en personas que han sufrido un ictus?
Pues tenemos bastantes argumentos para desmentir dicha afirmación, coomo por ejemplo el siguiente estudio:
«Effect of bilateral lower limb strengthening exercise on balance and walking in hemiparetic patients after stroke: a randomized controlled trial.»

En este estudio se realizó un trabajo de entrenamiento de la fuerza de extremidades inferiores con dos grupos diferenciados, formados por 10 sujetos cada uno. El primer grupo trabajó solo la extremidad más afecta (aumentando la carga de ésta), mientras que el otro trabajó ejercicios que incluían ambas extremidades inferiores.
Los resultados fueron supuestamente sorprendentes, ambos grupos recuperaron tanto la fuerza, como el equilibrio y la capacidad de la marcha. Sin embargo, el grupo que incluyó un trabajo de ambas extremidades inferiores (el segundo) obtuvo mejores resultados a su vez, que el que trabajó tan solo una.

Es por ello que la necesidad de objetivar la fuerza muscular en nuestros pacientes neurológicos tiene especial necesidad e interés, y nosotros lo hacemos desde el dispositivo Kforce Muscle Controller, quien a través de sus sensores de presión, se obtiene un valor de la fuerza de la acción muscular que te interese valorar, ya sea de las extremidades, cabeza o tronco, obteniendo un resultado más objetivo en la variable fuerza.

 

A partir del análisis de dicho movimiento aislado, por ejemplo, fuerza de cuádriceps en sedestación, podemos obtener el resultado de la capacidad de contracción del músculo, y establecer una correlación con la cantidad de fuerza que se necesita para realizar una función o actividad de la vida diaria en la que sea necesaria un movimiento de extensión de rodilla tanto en concéntrico como en excéntrico. Por tanto, y siempre utilizando el razonamiento clínico, podemos encontrar relevante una implicación de la debilidad siendo ésta determinate en las capacidades básicas para el desarrollo de la actividad o función.

 

 

 

Por tanto, el registro objetivo de la fuerza nos puede ser de gran ayuda, y si además lo trabajamos de manera específica tal y como se muestra en el estudio anteriormente citado, podemos optimizar los resultados funcionales en nuestros pacientes. Así pues, el trabajo de ambas extremidades inferiores es más enriquecedor que el de una sola, ya tenemos un motivo más para desterrar aquello de «pierna mala y pierna sana». Vamos a llamarlas, pierna izquierda y pierna derecha.

Para descargar el estudio: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5851362/

Para más información sobre el dispositivo: fisioterapia@neurofuncion.com

El control de la cadera en la marcha tras ictus

El control de la cadera en la marcha tras ictus 226 223 FisioAso

En la rehabilitación de la marcha en personas que han sufrido un ictus, muchas veces nos encontramos con inestabilidades en el equilibrio, donde de hecho, existen muchas escalas de evaluación que ponen a prueba tanto la marcha como las reacciones propias ante un desequilibrio.

Nos ha llamado especial atención el siguiente estudio en referencia a la marcha y el equilibrio.

«Effects of hip abduction and adduction accuracy on post-stroke gait»

En él, se plantea que los mecanismos de desequilibrio durante la marcha en los pacientes con ictus, que no acaban de quedar claros. Se plantean la hipótesis de que ello se debe al lanzamiento de la pierna parética de modo aleatorio en un mal posicionamiento, y es por ello que se desequilibran y caen. Por tanto, asignaron el movimiento de control de abducción y adducción de la cadera como más relevante en el desarrollo de la marcha.

Analizaron a 35 sujetos (12 de ellos como control) con la capacidad de adducción y abducción de cadera en decúbito supino, insistiendo en un trabajo de propiocepción junto con control motor, como ejercicio planteado en su intervención. Encontraron una relación directa con los resultados obtenidos, siendo la estabilización de la pierna en ese plano, lo más relevante dentro de la propia marcha. Este trabajo daba como resultado la reducción de la inestabilidad, generando una nueva estrategia de movimiento, siendo la abducción modificada, y por tanto, la más relevante.

Nos quedamos con éstas recomendaciones que plantea el estudio:

– La movilidad funcional de las personas con accidente cerebrovascular a menudo está limitada por la inestabilidad de la marcha.

– La colocación precisa mediolateral del pie ayuda a estabilizar la marcha.

– Las personas con accidente cerebrovascular fueron menos precisas para adducir su cadera parética.

– La precisión de la abducción de la cadera fue predictiva sobre rendimiento de la marcha en el accidente cerebrovascular.

Para descargar el artículo: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5420502/

Simetría y ponerse de pie

Simetría y ponerse de pie 320 180 FisioAso

Uno de los elementos que suele cambiar para las personas que han sufrido un ictus es la manera de levantarse estando sentados. Muchos profesionales que se dedican a la neurorrehabilitación tratan de trabajarlo, lo cual puede generar un pequeño conflicto con cuidadores y familiares, oyéndose la típica expresión: «Levántate como te dice el fisioterapeuta o terapeuta ocupacional».

Y ya si queremos rizar el rizo, tampoco existe consenso entre profesionales de la neurorrehabilitación acerca de la norma de levantarse de manera simétrica, generando movimiento «normal», sino que muchas veces se deja al paciente que se levante como quiera o pueda.

Sin embargo, queremos presentaros el siguiente estudio:
«The effects of upper and lower limb position on symmetry of vertical ground reaction force during sit-to-stand in chronic stroke subjects»

En este estudio, se investigaron los efectos de la posición del brazo y de la pierna a la hora de levantarse, y si tenían repercusión en las fuerzas reactivas que se realizaban en el suelo para poder llevar a cabo la función de levantarse.

Para ello estudiaron a 22 pacientes que se sentaban y levantaban en 2 posiciones distintas de brazo y en 3 de pie, midiendo la fuerza que se generaba en el suelo mediante dos platos de fuerza, uno en lado derecho y otro en izquierdo. Las 2 posiciones distintas de los brazos eran: simétricos colocados a lo largo del tronco, y agarrados. Las posiciones de las extremidades inferiores fueron simétrica, asimétrica y con la pierna no parética sobre un step.

Los resultados obtenidos fueron destacados en la simetría a la hora de ejecutar la acción, siendo ésta la que obtuvo mayor participación de pierna parética sobre el uso, la fuerza y la biomecánica de ejecución de la acción.
Así pues, a nivel neurorrehabilitador, interesa tanto su uso, su ejecución biomecánica así como la fuerza, que influencian en ésta actividad de la vida diaria (equilibrio, estabilidad y marcha).

Para descargar artículo: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5851355/

Efecto de la movilización Mulligan en paciente con ictus

Efecto de la movilización Mulligan en paciente con ictus 1885 1177 FisioAso

Durante el proceso neurorrehabiltiador en personas que han sufrido un ictus, un componente que puede generar dificultades de movimiento a la hora de ponerse de pie, mantener el equilibrio en bipedestación o incluso a la hora de deambular, es la reducción de movilidad del tobillo parético.

El hecho es que al haber perdido la capacidad motora, sobretodo en flexión dorsal del pie, los cambios estructurales suelen venir de la mano, generando rigideces biomecánicas que condicionan las actividades a desarrollar.

Una técnica de movilización interesante para generar cambios estructurales, en caso de que exista dicha limitación, puede ser la técnica Mulligan. Ésta consiste en realizar un movimiento pasivo adyacente a la articulación (respetando biomecánica) junto con pequeñas movilizaciones en activo, para generar mayor rango de movimiento y en este caso, conseguir un mayor recorrido de flexión dorsal del pie.

Encontramos interesante el siguiente estudio:
«Effect of Mulligan’s mobilization with movement technique on gait function in stroke patients»

En este estudio dividieron la muestra en 2 grupos, experimental (12 sujetos, movilizaciones Mulligan) y control (12 sujetos, posición parecida a la movilización, pero soportaban peso con placebo) 5 series de 10 deslizamientos por día, 5 veces por semana durante 4 semanas, además de que ambos recibieron fisioterapia convencional durante 30 minutos.

Se midieron antes y después, los parámetros espaciotemporales de la marcha, la velocidad, la cadencia, la longitud del paso y la longitud de la zancada.
Los resultados fueron favorables en el grupo experimental, con mejoras significativas en la velocidad, que aumentó de 41,35 cm/s antes del entrenamiento a 51,72 cm/s. La cadencia, longitud de paso, longitud de zancada y tiempo de apoyo del lado afecto, aumentaron en comparación al inicio de entrenamiento y con respecto al grupo control. Además, también, el grupo control demostró mejoras significativas en la longitud del paso y la longitud de la zancada del lado no afectado.

En resumen, la importancia de la ganancia de rango articular en referencia a la flexión dorsal de tobillo, puede generar cambios en la marcha en pacientes que han sufrido un ictus. Por tanto, es casi «obligatorio» valorar cuánta flexión dorsal pasiva y activa existe en el paciente a nivel clínico, ya que comporta cambios relevantes en la marcha, tal y como analiza el estudio.

Para descargar el estudio: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5011588/

Movilización neural de la extremidad inferior en ictus

Movilización neural de la extremidad inferior en ictus 450 281 FisioAso

Fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y logopedas, cada vez tenemos más en cuenta la capacidad mecánica del sistema nervioso en pacientes que están en programas de tratamiento neurorrehabilitador, interviniendo específicamente en neurodinámica, en caso de que el paciente así lo requiera.

El hecho es que hay pocas publicaciones que hayan elegido este camino, y sin embargo, nos llama la atención el siguiente estudio:
«Effects of the Nerve Mobilization Technique on Lower Limb Function in Patients with Poststroke Hemiparesis»


Se plantea la movilización neural en este estudio debido a la reducción de la capacidad mecánica del nervio ciático en pacientes con ictus, influyendo en la capacidad de la extensión de la rodilla, la excesiva inclinación pélvica y la repartición de cargas, todas ellas analizadas durante la marcha.

Una cuestión que plantea el estudio, y creemos que los tiros deben ir por allí, es la búsqueda de homogeneización de la muestra. Es decir, se busca incluir pacientes con criterio estandarizado y con problemas de mecánica neural en el nervio ciático, ya que a nivel clínico, no tienen por qué presentar todos ésta sintomatología. Para eso, sirve el razonamiento clínico.

La muestra cuenta con 20 sujetos, divididos en 2 grupos de 10. Todos los sujetos recibieron dos sesiones diarias de 30 minutos de fisioterapia conservadora, cinco veces por semana durante cuatro semanas. La terapia física conservadora se basó en un tratamiento funcional, que incluía sentarse y ponerse de pie, subir y bajar escaleras y la utilización de un step dando un paso hacia delante y otro hacia atrás. El grupo experimental además, recibió la movilización específica del nervio ciático de forma pasiva como añadido a la terapia.

A nivel de resultados, hubo diferencias significativas entre los dos grupos en la presión (es decir, la carga sobre el suelo), el balanceo, la presión en la carga de la deambulación, el ángulo de la articulación de la rodilla y los resultados funcionales de la prueba de alcance después de la intervención durante dos y cuatro semanas.

Discusión: la técnica neural que se aplicó es cuanto más, discutible, puesto que se colocaba al paciente en máxima tensión neural a final de recorrido y en posición mantenida (muy irritante para el nervio) y se le aplicaba una vibración como movilización, cuando existen otros tipos de movimiento menos agresivos, más activos por parte del paciente y probablemente con mismos/mejores resultados.
Si os apetece, podemos abrir un interesante debate, al que estáis todos invitados a participar.

Para descargar el artículo: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4135219/

Evaluación cuantitativa de la propiocepción en el hombro

Evaluación cuantitativa de la propiocepción en el hombro 1600 818 FisioAso

Es innegable que el sistema propioceptivo en pacientes que han sufrido un ictus, queda tocado. De hecho, existen varias pruebas clínicas para evaluar el estado propioceptivo de las extremidades superiores así como las inferiores, como podrían ser el “mirroring” o el “holding”, que aparecen en varios test estandarizados de investigación y clínica (Fugl-Meyer, Nottingham Sensory Assessment, entre otras).
Ahora bien, en estado agudo y subagudo queda bastante claro que tras el ictus, el sistema somatosensorial pierde efectividad por lesionarse directa o indirectamente. Pero, una vez ha pasado ese estado, y nos metemos en la cronicidad, ¿qué hay de la propiocepción? Este estudio nos lo plantea:

«Quantitative evaluation of shoulder proprioception 6 months following stroke.»

En el estudio, se valoraron la capacidad propioceptiva de 30 sujetos con ictus, y 30 en grupo control, concretamente en la posición de rotación externa o interna de hombro, donde activa o pasivamente se colocaba el miembro en una posición y mediante un botón que presionaban con la otra mano, se confirmaba la posición que el examinador quería.

Observaron que tras 6 meses después del ictus, el lado no afecto recuperó completamente la capacidad propioceptiva, mientras que el lado afecto todavía estaba en fases de recuperación.

Este déficit kinestésico en pacientes con ACV se debe principalmente a la disfunción de las neuronas motoras gamma, concretamente a la sensibilidad de los husos musculares, por lo que hay una demora en la detección del estiramiento muscular, y esto conlleva a una cascada de inestabilidad del hombro, lesión del tejido blando y dolor crónico.

Es por ello, que la necesidad de continuar trabajando el miembro superior, concretamente el hombro, buscando el posicionamiento y tacto profundo de dicha articulación, mediante el trabajo excéntrico con el propio peso del cuerpo, puede ser una de las terapias de elección, para continuar bombardeando a estímulos propioceptivos, todo el sistema afectado.

En la imagen, un trabajo propioceptivo en cadena cinética cerrada, con feedback visual para aumentar o reducir la carga en todo el miembro superior.

Para más información y descarga del estudio: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6223741/

Neurofisiología en la marcha atáxica

Neurofisiología en la marcha atáxica 625 400 FisioAso

Establecer un buen análisis de la marcha, es fundamental para plantear y enfocar hacia qué tipo de intervención terapéutica en pacientes con ataxia, es la más oportuna.

Para ello, nos llama la atención este estudio recién salido del horno, del 2018:

«Neurophysiology of gait on cerebellar ataxia»

En él, se realiza un análisis exhaustivo cinético, cinemático y electromiográfico en pacientes con ataxia, observándose como resultado el aumento del ancho del paso, la reducción del rango de movimiento de la articulación del tobillo con una mayor activación de los músculos antagonistas (cocontracción agonista/antagonista) y una mayor variabilidad (aleatoriedad) del paso.

Además, los pacientes con ataxia cerebelosa muestran poca coordinación intersegmental (tronco-extremidades inferiores), con un comportamiento coordinativo caótico entre el tronco y la cadera, lo que aumenta las oscilaciones de la parte superior del cuerpo que afectan el rendimiento y estabilidad de la marcha, sosteniendo un círculo vicioso que transforma la parte superior del cuerpo en un generador de perturbaciones.

Es por ello, que un trabajo abdominal junto con la coordinación intersegmentaria, genere cambios en la estabilidad del tronco tanto en el equilibrio como en la marcha, como medida terapéutica a trabajar. En la imagen, un paciente con ataxia cerebelosa, trabajando la contracción mantenida abdominal, con el objetivo que se plantea en el estudio.

Además, resulta más que interesante el trabajo de control motor en el tobillo, donde la coordinación agonista/antagonista, con una progresión en la dificultad propioceptiva (situaciones cada vez más complejas dde desequilibrio) junto con otra de fuerza, pueden ser relevantes a la hora de tratar a este tipo de pacientes.

Para descargar el artículo: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/B9780444639561000187?via%3Dihub

Error: Formulario de contacto no encontrado.