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Terapia Ocupacional

Dolor neural a nivel periférico,¿un problema de compresión o de inflamación?

Dolor neural a nivel periférico,¿un problema de compresión o de inflamación? 1101 630 FisioAso

En el ámbito de la neurología las patologías pueden aparecer a nivel central o periférico, como consecuencia de un inicio súbito o de un proceso degenerativo, involucrar una o varias áreas del sistema nervioso… etc., el abanico es amplioe inclusonos podemos encontrar con patologías con  características muy particulares.Sin embargo, el dolor es una constante que se repite en muchas ocasiones, incluso puede no manifestarse por parte del propio paciente, al quedar sumergido bajo un mar de alteraciones perceptivas pero siendo clínicamente cuantificable, en posturas, al observar oevaluarmediante escalas o test ortopédicos.

En esta ocasión nos vamos a detener en el denominado dolor neuropático, es decir, al originado como consecuencia directa de una lesión que afecte al sistema somatosensorial, bien a nivel periférico o bien a nivel central, sin relación con la activación de nociceptores, descrito así por la Asociación Internacional para el Dolor (IASP) (1).

¿Qué connotaciones tiene esta definición y cómo nos va a resultar de relevante para lo que queremos hablar? Bien, está descrito que se manifiesta alodinia (percepción de dolor  a estímulos mecánico)como respuesta sensorial a estímulos de bajo umbral para fibras Ab mecanosensitivas aferentes a nivel de la médula o como diferentes estructuras adyacentes al sistema nervioso pueden generar procesos de dolor(2).

Esto es debido a patomecanismos de estructuras como músculos, articulaciones, o por otras causas como traumatismos, que a través de fibras C amielínicas del nervi nervorum conducen estos estímulos, que interpreta como nocivos, provocando respuestas de dolor neuropático.

De hecho, la inflamación y compresión juegan un papel fundamental en este sentido, ya que la inflamación, relacionada con factores químicos, hace que aumente la densidad y mejore la conducción de canales iónicos, pudiendo dar lugar a descargas ectópicas, o zonas generadoras de impulsos anormales (3). Por otro lado, la compresión genera parestesia, sin mayores complicaciones en individuos sin patología, pero ésta, mantenida en el tiempo y aunque sea suave, es suficiente para que aparezcan mecanismos de inflamación intraneural, asociado con dolor neuropático (4), incluso pudiendo derivar en procesos de isquemia, deteriorando vainas de mielina y permeabilidad de células sanguíneas a nivel periférico.

A todos estos fenómenos periféricos, sumémosles los que per se aparecen tras un daño cerebral, como el instaurado inmovilismo que prima en estos pacientes (dificultades para moverse, mucho tiempo sentados o tumbados, poca motivación o estímulos) suma y dificulta cambiar hábitos y entender el porqué nos puede llegar a costar el tratamiento del paciente.

Ahora que hemos dado un poco de luz en estos términos:

¿Qué prioridad dais a estos procesos periféricos en el día a día con vuestros pacientes?

¿Cómo lo gestionáis con el entorno familiar?

¿Qué herramientas usáis para evitar proceesos adversos?

AUTOR: Alberto Santos, fisioterapeuta.

BIBLIOGRAFÍA

1-Haanpa M, Attal N, Backonja M et al. NeuPSIG guidelines on neuropathic pain assesment. Pain. 2011- p2204-5.

2- Ailianou A. et al. Review of the principal extra spinal pathologies causing sciatica and new MRI approaches.Br J Radiol. 2012 Jun;85(1014):672-81.

3- Devor M. sodium channels and mechanisms of neuropathic pain. J Pain. 2006;7(1Suppl 1):S3-s12.

4- Schmid AB,  Coppieters MW. Local and remote immune mediated inflammation after mild peripheral nerve compression in rats. J Neuropathol Exp Neurol. 2013;72(7):662-80.

 

Ejercicio, Fatiga y Esclerosis Múltiple

Ejercicio, Fatiga y Esclerosis Múltiple 604 483 FisioAso

Es muy común entre profesionales de la salud junto con los propios afectados por la Esclerosis Múltiple, que el ejercicio exacerba la sintomatología o empeora la clínica, tales como: síntomas mentales, fatiga, espasticidad, problemas en la marcha, equilibrio, la debilidad…

Sin embargo, cada vez más médicos así como estudios de investigación con personas afectadas por la Esclerosis Múltiple, nos dice precisamente lo contrario, el ejercicio programado, progresivo y controlado a las características específicas de la persona, es beneficioso para las mejoras de las condiciones de salud y calidad de vida.

Nos ha llamado especial atención el siguiente estudio:

Exercise prescription for patients with multiple sclerosis; potential benefits and practical recommendations.

En él, se reflejan varias propiedades positivas en la aplicación de según qué tipo de ejercicio, junto con cómo aplicarlo y hacia qué sentido debe dirigirse éste. Algunos ejemplos vamos a describir:

Efecto cardiorespiratorio: El ejercicio más recomendado es en la bicicleta estática, bicicleta de brazo, bicicleta de brazo-pierna, ejercicio acuático y caminar en tapiz rodante. Sin embargo, remar y correr solo se recomiendan en pacientes con EM con un funcionamiento adecuado.

Fuerza y resistencia muscular: El trabajo de la fuerza en la extremidad inferior en personas con Esclerosis Múltiple, junto con la resistencia de intensidad moderada, induce a cambios en la funcionalidad, en especial hicapié en los extensores de rodilla y los flexores plantares, mejorando el cansancio.

Salud ósea: Ya que el tratamiento médico suele ir en relación a la administración de corticoides, junto con un sedentarismo del paciente, la salud ósea se ve afectada con la osteoporosis como respuesta. Precisamente el ejercicio con pesas junto de nuevo, el trabajo de resistencia, genera mejoras en la salud ósea.

Flexibilidad: los problemas de inactividad junto con la espasticidad, suelen estar relacionadas, limitando los rangos de movimiento en las extremidades así como el tronco. Los ejercicios de estiramientos y flexibilidad, pese a la baja evidencia, son mejor que nada.

Equilibrio: En general, el entrenamiento de equilibrio tiene un efecto pequeño, pero estadísticamente significativo, para mejorar la estabilidad y reducir el riesgo de caída en pacientes con EM con algunos grados de discapacidad.

Cansancio: En el entrenamiento cardiorrespiratorio y la neurorrehabilitación, los programas de «ahorro/gestión» de energía y los dispositivos y planes de enfriamiento también se han mostrado como intervenciones buenas y efectivas. El ejercicio aeróbico regular puede reducir la fatiga y mejorar tanto el estado de ánimo así como la calidad de vida.

Calidad de vida: Precisamente los valores que tuvieron más en cuenta a la hora de que los pacientes valoraran su calidad de vida, fueron los síntomas de deterioro, caminar y la cognición. Las mejoras que ofrece el ejercicio en estas materias, conforman cambios en la funcionalidad y participación en la sociedad, que influyen en la modificación de los valores de dicha calidad de vida.

 

Estos beneficios tras seguir un programa de neurorrehabilitación, desarrollado de manera individualizada, ya que las capacidades de las personas con afectación de Esclerosis Múltiple, son muy variables, generan un aumento de las capacidades básicas que pueden traducirse en beneficios en la calidad de vida.

El hecho es que el propio desarrollo del programa debe ser realizado por un experto en la materia, ya que puede haber efectos secundarios los cuales tener especial precaución, como podría ser la propia fatiga, la intolerancia al calor o el propio riesgo de caída. Entender los mecanismos que subyacen a la Esclerosis Múltiple, así como conocer el propio ejercicio terapéutico a desarrollar, optimizando la intervención hacia los afectados, siendo un perfil de intervención dirigido por profesionales sanitarios, como terapeutas ocupacionales o fisioterapeutas.

Para más información, pincha en el siguiente enlace: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5602953/

Estimulación cerebral profunda

Estimulación cerebral profunda 632 438 galva

Es posible que un paciente portador de un marcapasos sea operado de enfermedad de Parkinson y colocarle un estimulado cerebral profundo

Si un paciente cumple criterios por una enfermedad de Parkinson idiopática para ser intervenido con el fin de colocarle un sistema de Estimulación Cerebral Profunda (ECP), el hecho de llevar previamente un marcapasos cardiaco no supone un veto pero hay que seguir unos requisitos

En primer lugar, para hacer el estudio de Resonancia Magnética prequirúrgico el marcapasos debe desactivarse transitoriamente

Si finalmente no hay contraindicaciones para la cirugía hay que conocer previamente la compatibilidad de los sistemas que se empleen.

Veamos un caso práctico

Nuestro paciente  es portador de un marcapasos de la casa Boston Scientific. Bien, elegimos un Generador para la ECP de la misma casa comercial y seguimos las siguientes instrucciones obligatorias:
• La distancia mínima entre el generador para ECP y el marcapasos cardiaco debe de ser 30 cm, cada uno debe colocarse en un hemicuerpo, Así uno estará a la derecha y otro a la izquierda
• Ninguno de los dos dispositivos debe utilizar la carcasa como ánodo, esto supone que el generador cerebral nunca puede configurarse en monopolar.
• Hay que cerciorarse de que el generador no interfiera con el sensado del marcapasos (deshabilitándolo si fuera necesario)
• Se recomienda que durante la cirugía o previo a la misma un cardiólogo o un técnico cualificado configure el marcapasos para reducir las posibilidades de interferencia.

Evaluación cuantitativa de la propiocepción en el hombro

Evaluación cuantitativa de la propiocepción en el hombro 1600 818 FisioAso

Es innegable que el sistema propioceptivo en pacientes que han sufrido un ictus, queda tocado. De hecho, existen varias pruebas clínicas para evaluar el estado propioceptivo de las extremidades superiores así como las inferiores, como podrían ser el “mirroring” o el “holding”, que aparecen en varios test estandarizados de investigación y clínica (Fugl-Meyer, Nottingham Sensory Assessment, entre otras).
Ahora bien, en estado agudo y subagudo queda bastante claro que tras el ictus, el sistema somatosensorial pierde efectividad por lesionarse directa o indirectamente. Pero, una vez ha pasado ese estado, y nos metemos en la cronicidad, ¿qué hay de la propiocepción? Este estudio nos lo plantea:

«Quantitative evaluation of shoulder proprioception 6 months following stroke.»

En el estudio, se valoraron la capacidad propioceptiva de 30 sujetos con ictus, y 30 en grupo control, concretamente en la posición de rotación externa o interna de hombro, donde activa o pasivamente se colocaba el miembro en una posición y mediante un botón que presionaban con la otra mano, se confirmaba la posición que el examinador quería.

Observaron que tras 6 meses después del ictus, el lado no afecto recuperó completamente la capacidad propioceptiva, mientras que el lado afecto todavía estaba en fases de recuperación.

Este déficit kinestésico en pacientes con ACV se debe principalmente a la disfunción de las neuronas motoras gamma, concretamente a la sensibilidad de los husos musculares, por lo que hay una demora en la detección del estiramiento muscular, y esto conlleva a una cascada de inestabilidad del hombro, lesión del tejido blando y dolor crónico.

Es por ello, que la necesidad de continuar trabajando el miembro superior, concretamente el hombro, buscando el posicionamiento y tacto profundo de dicha articulación, mediante el trabajo excéntrico con el propio peso del cuerpo, puede ser una de las terapias de elección, para continuar bombardeando a estímulos propioceptivos, todo el sistema afectado.

En la imagen, un trabajo propioceptivo en cadena cinética cerrada, con feedback visual para aumentar o reducir la carga en todo el miembro superior.

Para más información y descarga del estudio: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6223741/

Dosis y neurorrehabilitación

Dosis y neurorrehabilitación 987 660 FisioAso

Las intervenciones de los profesionales de la Salud en personas con problemas neurológicos, tienen un efecto terapéutico, estudiado e investigado desde el prisma del método científico, y esto lo vemos claramente en todo el tema medicación, donde la Medicina se encarga de dosificar la cantidad que hay que administrar al paciente, así como el número de tomas al día al respecto.

Ahora bien, existen otras disciplinas dentro de las Ciencias de la Salud, concretamente en la Neurorrehabilitación, como podrían ser la Terapia Ocupacional, Fisioterapia, Logopedia o Neuropsicologia, que dentro de su ámbito de intervención, también deben ser dosificadas por tiempo y número de veces de aplicación, para conseguir el óptimo efecto terapéutico. (como las pastillas vamos).

Con este prisma, nos ha llamado la siguiente revisión sistemática:

«Increasing the amount of usual rehabilitation improves activity after stroke: a systematic review»

En esta revisión, se hizo una búsqueda sobre los tiempos habituales en neurorrehabilitación, donde se quería comparar el hecho de añadir más horas de rehabilitación y si afectaba en las mejoras funcionales en cuanto a recuperación de la extremidad superior así como la inferior.

Los tiempos de rehabilitación, por ejemplo, si se dedicaban 15 minutos al hecho de caminar para la extremidad inferior, al incrementar un 200% el tiempo, es decir, justamente 30 minutos de deambulación, aumentaban los resultados tanto en la velocidad de la marcha así como en la Rivermead Mobility Index (implicaciones funcionales de la extremidad inferior en el día a día), 10-m Walk TestFunctional, Ambulation Category…

Exactamente lo mismo pasó en la recuperación de la extremidad superior, donde los tiempos de rehabilitación habitual eran de 25 minutos al día, donde aumentando hasta un 240%, hasta 90 minutos de trabajo específico por ejemplo, de coger mediante la práctica de una pinza y levantar el objeto, se obtenían mejores resultados funcionales de la mano, medidos mediante Box and Block Test (BBT), Action Research Arm Test (ARAT), Wolf Motor Function Test.

Esta revisión sugiere que la rehabilitación adicional es factible, y que los programas necesitan aumentar en cantidad el tiempo de rehabilitación para garantizar una mejora en la actividad, tanto de la extremidad inferior como de la superior. Los futuros ensayos aleatorios que investigan aumentos sustanciales en la práctica (es decir, más del 240% de rehabilitación adicional) aclararían aún más la relación entre aumentar la cantidad de rehabilitación y la actividad después del accidente cerebrovascular. En definitiva, la dosis de terapia es importante en estos casos.

Para más información, pincha el enlace al estudio

Terapia manual en muñeca, en el paciente con ictus crónico

Terapia manual en muñeca, en el paciente con ictus crónico 2560 1707 FisioAso

Muchas veces encontramos pacientes con ictus ya cronificados, donde tanto las sinergias como la debilidad de la musculatura extrínseca de la mano, generan posiciones y posibles deformidades en la muñeca, normalmente en posición de flexión.

Las restricciones en la extensión de muñeca, ya sean por problemas de estructuras blandas, como ligamento, tendón o sistema nervioso periférico, pueden ser tratadas a través de terapia manual.

El caso es que la necesidad de preparar la estructura para una actividad funcional, con vistas tanto al objetivo específico funcional, o hacia el aumento de «usabilidad» de la mano, puede ser una opción de tratamiento para reorientar la mano en el espacio, tal y como plantea el siguiente estudio:

«Manual mobilization of the wrist: A pilot study in rehabilitation of patients with a chronic hemiplegic hand post-stroke»

En este estudio realizaron movilizaciones postero-anteriores de la articulación del escafoides y semilunar con el radio, durante 30 minutos antes de las sesiones habituales (grupo control), 2 veces a la semana durante 6 semanas. Además, cabe destacar que esta movilización se usó durante tareas funcionales, lo que le da sentido a la orientación de la mano en su uso.

Se obtuvieron resultados interesantes en cuanto a la comparativa en ambos grupos en significación estadística, en la fuerza de agarre, en el rango pasivo de extensión de muñeca y finalmente, en el «Frenchay Arm Test» (tareas funcionales), con mejores resultados en el grupo experimental tras la terapia manual.

Esto nos hace reflexionar que la terapia manual, cada vez va adquiriendo no sólo un matiz pasivo, sino más bien activo dirigido hacia una tarea funcional, ya que la movilización de las estructuras tiende a ser dinámica y cambiante durante la ejecución de una tarea.

Además, la terapia manual enfocada hacia la tarea funcional favorece el uso de la extremidad y su correspondiente representación cortical, usualmente afectada por el problema persistente en los pacientes con ictus crónico, el «efecto no-uso o desuso».

Para más información, os dejamos el enlace del estudio.

La fuerza en paciente con ictus

La fuerza en paciente con ictus 1920 1352 FisioAso

Uno de los mitos más extendidos en terapia física en paciente neurológico, es que el trabajo de la fuerza no se puede llevar a cabo ,ya que influye en un aumento de la espasticidad, siendo así contraproducente.

Ahora bien, si echamos un vistazo tanto a la bibliografía así como en distintos procedimientos de según qué método o concepto de trabajo en paciente neurológico, la utilización del trabajo excéntrico para tareas funcionales, es más que manifiesto.

Así pues, ante una debilidad muscular, podemos buscar actividades funcionales excéntricas que «obliguen» a reclutar fibras musculares para generar la tan deseada contracción, y poder ejecutar así la acción requerida.

Un par de estudios interesantes queremos haceros llegar:

– Effectiveness and feasibility of eccentric and task-oriented strength training in individuals with stroke.

– Muscle, functional and cognitive adaptations after flywheel resistance training in stroke patients: a pilot randomized controlled trial.

  En ambos estudios, valoraron no sólo la fuerza muscular antes y después del entrenamiento de fuerza (dato esperable) sino que además, se midieron si hubo o no aumento de las capacidades de desarrollar tareas de la vida diaria que implicaran la extremidad inferior (en uno de ellos) o la superior (en el otro estudio), las capacidades cognitivas del sujeto, la adherencia al tratamiento así como la motivación.

Es interesante que exista en medida de lo posible, un trabajo activo, intenso, motivante y relevante para el paciente, medidos de inicio a fin, y con un objetivo consensuado. Nada fácil, pero motivante tanto para el terapeuta como el propio pacientes. Interesantes retos.

Bibliografia:

(1) Folkerts MA, Hijmans JM, Elsinghorst AL, Mulderij Y, Murgia A, Dekker R. Effectiveness and feasibility of eccentric and task-oriented strength training in individuals with stroke. NeuroRehabilitation 2017;40(4):459-471.

 (2) Fernandez-Gonzalo R, Fernandez-Gonzalo S, Turon M, Prieto C, Tesch PA, Garcia-Carreira Mdel C. Muscle, functional and cognitive adaptations after flywheel resistance training in stroke patients: a pilot randomized controlled trial. J Neuroeng Rehabil 2016 Apr 6;13:37-016-0144-7.

Sensación de pesadez en pierna parética

Sensación de pesadez en pierna parética 683 1024 FisioAso

Uno de los relatos que tienen en común las personas que han sufrido un ictus, es la sensación de pesadez de la pierna parética, tanto a la hora de caminar como simplemente estar de pie. Es más, puede manifestarse durante la puesta en pie.

Pero, esta sensación de pesadez podemos plantearla como un problema de origen muscular, donde la debilidad suele generar dificultades a la hora de moverse, implicando alteraciones tanto en la fuerza, como en la velocidad o potencia, tan necesarias para el desarrollo de actividades de la vida diaria.

Sin embargo, en pacientes que han sufrido un ictus, existen desórdenes perceptivos los cuales, «emborronan» sensaciones tan habituales como la de contracción muscular o las implicadas en la propiocepción, llevando a respuestas que no van en consonancia en lo percibido. Puede ser el caso de la sensación de pesadez en la pierna durante la marcha.

Para encontrar un poco más de luz sobre si existe un componente más perceptivo o más de debilidad en pacientes con ictus, destacamos el siguiente estudio:

» Limb Heaviness: A Perceptual Phenomenon Associated With Poststroke Fatigue? »

En este estudio se analizaron a 69 pacientes con ictus, donde 31 relataron que tenían sensación de pesadez junto con signos de fatiga más altos (4.8/7) de lo que el grupo control formado por 38 individuos sin sensación de pesadez (2.8/7). Sin embargo, no hubo diferencias en la debilidad en ambos grupos.

Este hallazgo nos lleva a pensar que existe una relación entre la percepción del esfuerzo y los problemas en el procesamiento sensorial de origen central. Por tanto, hay que tener en cuenta las alteraciones perceptivas en pacientes con sensación de fatiga, siempre registrando y analizando las capacidades de esfuerzo mediante escalas validadas, como la de Borg, a la hora de trabajar la resistencia en este tipo de paciente.

Para más información puedes descargar el artículo en: https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/1545968315597071?url_ver=Z39.88-2003&rfr_id=ori%3Arid%3Acrossref.org&rfr_dat=cr_pub%3Dpubmed#articleShareContainer

Sí o sí, ejercicio aeróbico en ictus

Sí o sí, ejercicio aeróbico en ictus 300 235 FisioAso

La bibliografía es más que clara en este aspecto: la necesidad de un trabajo aeróbico en personas que han sufrido un ictus, sea cual sea la fase en la que se encuentren (una vez estabilizados, claro está), tiene un nivel de recomendación alto.

Uno de los factores limitadores en algunas actividades de la vida diaria, es la fatiga. Ésta puede encontrarse en procesos específicos de contracción muscular mantenida, tras repeticiones durante un aprendizaje motor, así como en grandes grupos musculares utilizados por actividades de la vida diaria como podrían ser: transferirse de sedestación a bipedestación, caminar, saltar o correr (cada persona con su capacidad correspondiente). Todos estos procesos consumen en mayor o menor medida, oxígeno.

Pero no olvidemos que el cerebro necesita, para un proceso de neuroplasticidad tras un daño cerebral, de nuevo oxígeno. Para ello, nos ha llamado la atención el siguiente estudio:

«Promoting Neuroplasticity for Motor Rehabilitation After Stroke: Considering the Effects of Aerobic Exercise and Genetic Variation on Brain-Derived Neurotrophic Factor»

En este estudio, se ha analizado a nivel molecular, un elemento clave en la implicación neurofisiológica de la neuroplasticidad durante el proceso de rehabilitación y recuperación de las personas que han sufrido un ictus, que es el llamado Factor Neurotrófico derivado del cerebro (BDNF).

Este estudio demuestra que el ejercicio aeróbico aumenta la producción de BDNF, y en consecuencia, la mejora del aprendizaje y la memoria, tan necesarios en los procesos de reaprendizaje motor tras el ictus.

Es por ello, que existen varias formas de manifestación clínica que podemos encontrarnos durante nuestras intervenciones, donde por ejemplo: Pacientes manifiestan que tras largos paseos encuentran un mayor rendimiento a nivel cognitivo (me salen mejor las palabras, recuerdo mejor las cosas). O realizar una práctica masiva de un gesto en concreto, trabajar posteriormente a nivel aeróbico, y realizar mejores tiempos en ese gesto pese al cansancio.

Debemos incluir como elemento a tener en cuenta en la rehabilitación, el ejercicio aeróbico, ya que no sólo a nivel cerebral obtenemos mejoras en el rendimiento neuroplástico, sino que además, se ven implicados otros aspectos como el control motor, la resistencia e incluso la fuerza.

Para descargar el estudio: https://academic.oup.com/ptj/article/93/12/1707/2735425

Rehabilitación en ictus crónico

Rehabilitación en ictus crónico 325 217 FisioAso

Muchas vueltas solemos dar los profesionales sanitarios implicados en la rehabilitación del paciente neurológico, donde el constante reciclaje, las formaciones, la investigación, los avances tecnológicos, etc. están en constante cambio y evolucionan en favor a los afectados (sujetos de investigación).

El paciente con ictus crónico (tiempo-dependiente), suele tener una recuperación complicada, ya que no solo ha instaurado una serie de aprendizajes y adaptaciones en medida de lo que ha ido desarrollando en su vida diaria, sino que ha pasado una oportunidad de reorganización tras el periodo agudo que optimizaría el proceso de recuperación en caso que no se haya hecho ningún tipo de rehabilitación.

Aún así, nunca nos damos por vencidos, ya que negar la evidencia de recuperación en personas que han sufrido un ictus hace años (nos referimos a déficit, funcionalidad y desempeño, para su calidad de vida), suele ser por desconocimiento, ya que las mejoras en la participación de la vida de una persona, son más que bienvenidas, y pueden ser objetivos específicos para las personas afectadas.

La evidencia científica nos muestra el camino experimental que han podido estudiar los profesionales sanitarios dedicados a este terreno, con resultados analizados y medidos, cambios clínicos interesantes y sobretodo, calidad de vida, independencia funcional y autonomía.

Es por ello, que el siguiente estudio del 2019 lo encontramos más que interesante:

«Long-Dose Intensive Therapy Is Necessary for Strong, Clinically Significant, Upper Limb Functional Gains and Retained Gains in Severe/Moderate Chronic Stroke».

En este estudio, 36 sujetos con ictus crónico, realizaron un trabajo específico de recuperación de la extremidad superior, desde el paraguas del control motor y la fuerza, así como la Estimulación Eléctrica Funcional, terapia espejo y la Robótica [(Vectra Pro (Chatanooga Group, Inc, Hixson, TN) y InMotion2)], dependiendo de la necesidad de un trabajo más distal o proximal (según mayor afectación).

La duración del trabajo, fue de 5 horas al día, 5 días a la semana, durante 12 semanas, lo que implica más de 300 horas en el total del estudio. Además, se midieron mediante test, el déficit como la Fugl-Meyer, la funcionalidad mediante Arm Motor Ability Test (AMAT) y la Stroke Impact Scale (SIS) para la percepción de cuánto han recuperado la extremidad superior.

Los resultados muestran mejoras estadísticamente significativas y clínicamente relevantes en el déficit (de hasta 10 puntos en el test de Fugl-Meyer, que son muchos), en la funcionalidad (AMAT) mediante el entrenamiento de las tareas, así como en la percepción de mejora del paciente (lo que implica una adherencia considerable al tratamiento).

De hecho, gracias a estas mejoras, junto con la adherencia, los cambios se mantenían al cabo de 3 meses de duración tras la finalización de la intervención, donde los pacientes continuaban realizando las tareas de la vida diaria sobre las que fueron entrenadas durante el tratamiento, en especial énfasis en el control motor.

Este estudio implica cosas bastante interesantes, donde el paradigma del más y mejor, se vuelve favorable en el paciente con ictus crónico. La oferta de tratamiento en España no suele ser de este tipo (aunque sí existen unos pocos centros que la ofertan), ni en dosis, ni intensidad, ni duración, ni tipo de intervención. Ahora, sabemos el camino, necesitamos hacer el esfuerzo de cambiar lo que se ofrece a los pacientes con ictus crónico.

Para descargar el artículo: https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/1545968319846120?url_ver=Z39.88-2003&rfr_id=ori:rid:crossref.org&rfr_dat=cr_pub%3dpubmed

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