Imaginémonos que vamos a ir a cenar. Una cena en un restaurante bonito, de esos en los que hay que reservar previamente. De esos en los que nos ponemos nuestras mejores galas. De esos que sólo con estar allí, la noche se convierte en una noche especial. De esos…
Pero, pongámonos durante un minuto en la piel de todas esas personas que, a causa de una lesión en el SNC, tiene problemas a la hora de moverse, a la hora de deglutir… Ya bastante difícil es para el paciente la situación que está pasando en ese momento, como para tener que preocuparse por cual es el perfil profesional más adecuado para abordar su problema.
Pensareis, ¿Estos de Neurofunción se han vuelto locos? ¿De qué están hablando? Todo esto viene dado por el tema debate, que, desgraciadamente, a día de hoy nos seguimos encontrando sobre ¿ De quién es la deglución? ¿Del Terapeuta Ocupacional o del Logopeda?.
Quizás, la respuesta mas fácil y a su vez, lamas obvia, es: DEL PACIENTE. Y no os faltaría razón. Incluso, si nos apretáis, puede que sea la mas correcta de todas ellas.
Esta cuestión, que genera tanta polémica, al final repercute en las personas sobre las que NUNCA debe repercutir este tipo de trifulcas… El paciente. No existe una única manera de trabajar, ni un único modelo, ni un único abordaje, y cómo no, ni una única disciplina que aborde de forma exclusiva el tema de la alimentación/deglución.
Desde Neurofunción, pensamos y creemos en el trabajo en equipo. De esta manera, no hay paciente con disfagia que se trate desde una sola disciplina. ¿Pero, que diferencias hay entre el abordaje desde cada terapia?
Desde la Logopedia buscamos la seguridad y la eficacia de la deglución del paciente. Esto supone trabajar campos como la adaptación de consistencias y volúmenes, maniobras deglutorias, abordaje sensoriomotor de las estructuras implicadas y pautas para evitar los problemas asociados ala disfagia como son deshridatación, desnutrición, problemas respiratorios y falta de adaptación social.
Por otra parte, desde la Terapia Ocupacional, buscamos que el paciente sea lo más independiente y autónomo (no confundamos términos) a la hora de alimentarse.
Tenemos primeramente muy en cuenta el entorno donde se realiza dicha actividad, realizando adaptaciones o modificaciones sobre el mismo. Trabajamos los componentes motores implicados en el acto de llevarse la comida a la boca, cortar los alimentos. También trabajamos los componentes sensoriales implicados en esta actividad. Durante todo el proceso, tenemos muy en cuenta el control postural del paciente. Por último, cuando el paciente lo requiere, nos encargamos de adaptar y pautar los productos de apoyo, y de realizar el entrenamiento pertinente en el uso de cada uno de ellos.
Con esto, consideramos que debemos ir de la mano y que no somos peores profesionales por dejar que el TO utilice maniobras deglutorias ni el Logopeda realice una guía del miembro superior durante la alimentación. De hecho, creemos en el trabajo transdisciplinar en el que la formación y apoyo con otros compañeros es vital para la consecución de los objetivos planteados con el paciente en el menor tiempo posible.
Por lo tanto, y como cierre a esta entrada, os invitamos TOs y LOGOs a trabajar de forma conjunta, aprender unos de otros y evitar debates que lo único que generan es una situación incómoda para todos.