La disfagia es un problema que se puede dar en los pacientes neurológicos debido a un daño específico en los nervios (o centros nerviosos) de los músculos que controlan y ejecutan la función de tragar. El entrenamiento de ésta musculatura, a través de una serie de ejercicios específicos, puede mejorar las funciones de deglución de alimentos, evitando así que éstos pasen a las vías respiratorias, con las consecuencias que ello supone, como infecciones respiratorias o directamente el atragantarse.
Es por ello que existe una figura sanitaria que aborda dicha problemática, la logopedia, que se encarga de valorar, supervisar, tratar y reevaluar todo el proceso deglutorio en sus distintas fases, así como asesorar todo el acondicionamiento del entorno para que ello sea más fácil y se eviten complicaciones. El ejemplo que propone el vídeo, es acondicionar el tipo de alimento dependiendo del tipo de disfagia que presente la persona, siendo así la textura y la consistencia adecuada a la capacidad deglutoria sin que existan esas molestas fugas.
Otro de los consejos interesantes, es adecuar la postura de la persona a la hora de comer, donde se recomienda que la cabeza no esté echada hacia atrás, sino más bien se haga una pequeña flexión de cabeza (doblar el cuello y cabeza ligeramente hacia adelante) de tal manera que los músculos deglutorios se alineen y puedan ejecutar correctamente su función. Pero cuidado, porque en la alineación de la cabeza entran otros elementos en juego, como podría ser la movilidad del cuello o de la misma columna. Es por eso, que la actuación multidisciplinar consigue mayores resultados por tratar al paciente de manera más integral.
Por último, la logopedia puede ayudar en la problemática de las distintas fases de la deglución, como es realizar el mal sello de los labios y tener en consecuencia, el babeo. También, trata problemas en la fuerza y destreza de la lengua, que en ausencia de ésta, aparece una mala elaboración del bolo alimenticio así como que los restos en la boca y éstos pasen a vías respiratorias. Además, la supervisión del estado de la dentadura y todo el manejo de la masticación, mediante estimulación con alimentos con sabor ácido o distintas temperaturas, entre otras, favorecen la salivación con el objetivo de mejorar la fase oral en la comida.
Como consejos y resumiendo un poco: si usted nota que la persona tose tras beber líquido, o habla con voz húmeda, babea, tarda mucho en comer, o tiene mucha reincidencia en infecciones pulmonares, contacte lo primero con su médico, y póngase en manos de una logopeda, puede ayudarle en la recuperación de la deglución evitando así las consecuencias de ésta.