Clásicamente se ha entendido que hay principalmente dos tipos de palabras atendiendo a su clase gramatical: los nombres y los verbos. Además estas dos grandes categorías se distribuían por lugares distintos de nuestro cerebro. Los nombres en las zonas temporales y los verbos en las zonas frontales. Esto era contrastado gracias a estudios con pacientes con lesión cerebral y se encontraron dobles disociaciones, como en el estudio de Damasio y Tranel de 1993 Los sistemas que aparentemente son imprescindibles para la recuperación de nombres concretos situados en la corteza temporal anterior y media izquierda, no lo son para la recuperación de los verbos. Para la recuperación de los verbos es necesario el buen funcionamiento de la corteza frontal izquierda. Esta hipótesis fue contrastada tanto con pacientes neurológicos, como con técnicas de neuroimagen. Pero las posturas actuales van un poco más allá. Hay muchos grupos de investigación, entre los que me incluyo, que sostienen la idea de que no es la clase gramatical la que condiciona qué áreas son necesarias para recuperar una determinada palabra, sino su significado, su semántica, y que además, cuando se procesa una determinada palabra, entra en juego nuestro sistema sensoriomotor para ayudarnos a comprenderla/producirla. Me explico, cuando leemos la palabra correr, no solamente se activa ese supuesto “almacén” que contiene los verbos, sino también las áreas sensoriomotoras que se activan cuando vemos a alguien realizar esa acción o cuando la realizamos nosotras mismas. En un estudio relativamente reciente, (Hauk, Johnsrude & Pulvermüller, 2004) se encontró que las mismas áreas que se ponen en funcionamiento cuando una persona realiza una acción con las manos, los pies y la boca, lo hacen también cuando se lee una palabra de acción realizada con esas partes del cuerpo.
Por lo tanto, la distinción clásica nombre/verbo está siendo revisada y parece que gana lugar la hipótesis “somatotópica” que sugiere que para un procesamiento óptimo del lenguaje, es necesario el buen funcionamiento de nuestro sistema sensoriomotor, por eso, en algunos casos como la Enfermedad de Parkinson, sus problemas con el lenguaje (principalmente lenguaje de acción) podrían ser explicados, a grandes rasgos, desde esta perspectiva, dado que su sistema sensoriomotor no está funcionando correctamente a causa de la falta de dopamina.
Bibliografia:
(1) Damasio AR, Tranel D. Nouns and verbs are retrieved with differently distributed neural systems. Proc Natl Acad Sci U S A 1993 Jun 1;90(11):4957-4960.
(2) Hauk O, Johnsrude I, Pulvermuller F. Somatotopic representation of action words in human motor and premotor cortex. Neuron 2004 Jan 22;41(2):301-307.