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Concepto Bobath

Sobre los Bobath

Sobre los Bobath 1000 1178 FisioAso

Ésta es una entrada escrita desde la opinión, la situación que creo conocer en España (por supuesto con mis sesgos) y una llamada a los fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales formados en dicho concepto, para intercambiar percepciones, por supuesto todas rebatibles, donde me ganaré simpatías y antipatías. No es una cuestión de criticar por criticar, sino un análisis lo más objetivo posible por mi parte.

Como todos sabemos, la metodología Bobath fue creada por allá los 40’s, donde mediante observación clínica, desarrollaron concretamente las llamadas posiciones inhibitorias de tono muscular a partir de la experimentación con niños con PCI, mediante las cuales, existía un tratamiento más bien pasivo, a través del cuál, intentaban llevar a los pacientes (resumiendo a grosso modo) a la posición contraria la cual presentaban como sintomatología, siendo así un estiramiento/posicionamiento mantenido tanto de las extremidades, como del resto del cuerpo. La atribución de esa relajación de la espasticidad originada por esas posiciones, ni se mantenían en el tiempo, ni tenían una base sólida como para decir que funcionaran (a través de pruebas funcionales activas), ya que los que así trabajaban, cambiaron dicha perspectiva debido a que no se obtenían los resultados esperados, ya que se pretendía infundar la relajación espástica a la aparición espontánea de un movimiento funcional activo. Además, para los niños era una experiencia negativa, tildada de desagradable, tal y como lo describe Bettina Paeth en su libro: «Experiencias con el Concepto Bobath».

Posteriormente, estudiaron el desarrollo motor de los niños, donde según la etapa en la que se encontraban, seguían fidedignamente el orden cronológico del mismo desarrollo, siguiendo sistemáticamente control de cabeza, rodar, sentarse, gatear, etc. combinando las dichas posiciones inhibitorias citadas anteriormente con el aprendizaje motor activo, para conseguir una práctica de movimiento, guiando y desarrollando esa experiencia comparándola con la del «desarrollo normal». Pero aún así, no acababan de encontrar el camino, hecho que idearon formas de estimular y estudiar las reacciones de equilibrio, tan necesarias para superar los efectos de la gravedad, con la ya conocida ley de Newton: “Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria». Así que el desarrollo de la biomecánica, los efectos fisiológicos de las bases de sustentación, los cambios de posición, etc. fueron analizados y desarrollados en favor a la acción terapéutica que se buscaba, con su máxima exponente Mary Lynch, que tras la muerte de Berta Bobath (1991) creó los denominados «postural sets» (o posiciones de partida para una actividad), además de los puntos clave que se deben alinear en todo tratamiento. Si a ello le sumamos el constante «roce» con Petö (otra metodología neurológica) aportó al concepto Bobath, el enfoque del tratamiento hacia actividades funcionales que tengan una significación para el paciente.

Y hasta aquí un poco de historia evolutiva sobre el sistema de trabajo de los terapeutas Bobath, donde como podemos observar, es un concepto en constante evolución, cambiante, donde quizá la esencia del mismo de cuando empezó el matrimonio  Bobath, perdure en algunas cosas básicas como el trabajo de las reacciones de equilibrio, ya que otras, teóricamente se han dejado de hacer, como las posiciones inhibitorias o el cumplimiento del calendario motor en la evolución del niño. Pero la sorpresa viene cuando observas que en la formación universitaria, cursos e incluso libros, continúan dándose las ya desfasadas posiciones inhibitorias de reflejos, o en terapias infantiles, el cumplimiento de los periodos motores que tanto han dejado de entredicho las sociedades científicas que se dedican a ello, donde dependiendo del caso, un niño no tiene  por qué pasar por una fase de gateo si ya desarrolló la marcha.

Por otro lado, toda esta evolución hace mucho más difícil la metodología de estudio e investigación, por mucho que las asociaciones de Bobath Concept (como IBITA y AETB) pongan en común los criterios sobre qué es y qué no es concepto Bobath, en el desarrollo clínico existe un poco de aleatoriedad sobre ello, ya que actualmente Bobath no ha desarrollado unas técnicas base de terapia manual ni un método específico de evaluación y reevaluación inter e intrasesión fiables, y sin embargo sí se suele hacer la comparativa del resultado de una actividad funcional (y su análisis) medidas a «ojo», (calidad vs. cantidad)  y no de unos test fiables estandarizados tal y como los tiene por ejemplo, la ortopedia. Es por ello, que la monitorización de un paciente para observar su evolución, así como el proceso de razonamiento clínico y la ausencia de someter a pruebas específicas las intervenciones terapéuticas, condicionan la gran variabilidad y aleatoriedad de las variables para no sólo realizar un correcto estudio clínico, sino que además uno de investigación.

Otra cuestión que me gustaría plasmar, es que creo que Concepto Bobath tiene una tendencia fagocitaria a la inclusión de técnicas específicas descritas por otras metodologías, como podría ser de inicio la ya descrita Petö, donde actualmente cada actividad funcional ya se considera de origen Bobath. Lo mismo han acabado haciendo en otras técnicas como Rood (y su estimulación cutánea mediante el cepilleo, vibración, etc.), Brunnstrom (uso de reflejos, reacciones asociadas y estímulos aferentes, sin esfuerzo voluntario), la inclusión de Ejercicio Terapéutico Cognoscitivo, control motor orientado a tareas, entre otras, llegando a asignarse «el tanto» de: «Esto es Bobath».  Quizá y sólo quizá, sean los terapeutas formados en concepto Bobath los que a través de la formación, se les haya enseñado alguna que otra técnica que no proviene de dicho concepto y la etiqueten como parte del mismo, o realmente sean los mismos formadores quienes lo etiqueten, realmente no lo sé. En cualquier caso, siempre daremos el beneficio de la duda. Pero bien es cierto que yo he realizado hasta el «nivel avanzado» y los formadores, en un curso Bobath, usaban neurodinámica para tratar un brazo parético de un paciente, sin explicar el por qué se utilizaba ni con qué finalidad, y ésta ha sido mi experiencia, que puede no ser representativa.

Dicho esto, si echamos un vistazo a la bibliografía en cuanto al Concepto Bobath se refiere en niños, la controversia es alta. Existen revisiones sistemáticas que desaconsejan en absoluto la intervención en niños (1,2) así como otras que sí lo respaldan (3), donde si profundizamos entre ambos estudios, unos usan curiosamente las posiciones inhibitorias.

En fin, éstas son un poco las sensaciones que tengo acerca de «los Bobath», donde llego a la conclusión: «Cuidado en tirar todo el contenido del barreño tras el baño, porque podemos tirar al niño», o dicho de otra manera, cuidado con desechar concepto Bobath, porque hay cosas que son básicas.

Bibliografía:

(1) Anttila H, Autti-Ramo I, Suoranta J, Makela M, Malmivaara A. Effectiveness of physical therapy interventions for children with cerebral palsy: a systematic review. BMC Pediatr 2008 Apr 24;8:14-2431-8-14.

(2) Swierczynska A, Renata K, Jaworek M. Physical and other methods therapy of the spasticity in children. Przegl Lek 2007;64(11):974-977.

(3) Martin L, Baker R, Harvey A. A systematic review of common physiotherapy interventions in school-aged children with cerebral palsy. Phys Occup Ther Pediatr 2010 Nov;30(4):294-312.

(4) B.Paeth, Experiencias con el Concepto Bobath, 2ª Ed., Madrid. Panamericana, 2006.

 

 

 

El tono postural

El tono postural FisioAso
Tono postural, un raro concepto. Había oído hablar del tono muscular y de la postura, separado el uno del otro, pero como un sólo elemento se me hace un poco extraño… Definir el tono muscular, está más que descrito durante la carrera o a través de Wikipedia entre otros, pero intentar definir el tono postural (elemental para uno de los conceptos del que siempre tiendo a hablar) eso voy a intentarlo en ésta entrada.

Bien, en una postura, asimilando y fijándonos en el que consideramos normal, existe una colocación de una serie de estructuras que el sistema nervioso central realiza de manera automática, elementos como huesos, cartílagos, ligamentos, tendones y músculos (con su tono) que hemos ido aprendiendo durante nuestro desarrollo neuropsicomotriz.
Ésa colocación suele ser alineada, para buscar el ahorro energético así como la facilitación para poder reclutar tono y preparar el movimiento de manera más rápida y eficaz posible. Por lo tanto, el tono postural es la base de todo movimiento.
Cabe diferenciar, que existe en nuestro cuerpo la «convivencia» del tono postural dependiendo del objetivo que tenga la articulación en ése momento. Es decir, una articulación con un tono postural alto, dará una estabilidad para que otra con un tono postural más bajo pueda desarrollar un movimiento selectivo y más «fino». Por ejemplo, a la hora de escribir, tenemos un aumento del tono postural en la muñeca para que los dedos puedan realizar el movimiento selectivo de desplazar el bolígrafo sobre el papel y dibujar las letras. O el ejemplo del vídeo que os presento a continuación, el caso de éste paciente con falta de tono postural o estabilidad en la escápula para poder subir el brazo con menor tono postural:

Además, existen factores externos que influencian directamente en el tono postural general debido a la interpretación sensorial que ejecuta nuestro SNC gracias al envío de información de nuestros exteroceptores.

-La base de sustenciación: a mayor base, menor tono, y viceversa. Los pacientes que andan con el equilibrio alterado, suelen ir con amplias bases de sustención, muy relajados, pero a la que juntas ambas piernas, aumentan el tono postural de forma exagerada lo que conlleva a una pérdida directa de control. Otras bases de sustentación, como las sillas anchas o estrechas, repercuten en el tono al realizar una sedestación, así como otros muchos ejemplos que se os ocurrirán que sirvan de base de sustentación.

– Consistencia: cuanto más blando, menor tono, cuanto más duro, mayor tono. Por tanto, hay que tener en cuenta la consistencia donde esté el paciente. No es lo mismo tratarlo en la cama que en la camilla. Si tenemos un paciente al que necesitamos que gane tono postural para iniciar una bipedestación o una sedestación activa, necesitamos «sacarlo» de la cama, puesto que reclutará menor tono que desfavorecerá el cumplimiento de nuestro objetivo.
Cuidado en trabajar deambulación sobre colchonetas blandas con la idea de que son inestables, relajarán estructuras que no nos interesan y crearán mayor desequilibrio, además de aumentar tono de extremidades superiores.

– Grado de estabilidad o movilidad: a mayor estabilidad, menor tono, y viceversa. Aquí entrarían en juego los suelos inestables, como platos de Freeman o pelotas de Bobath, que generan una inestabilidad provocando el reclutamiento de demasiado tono, hecho que perdemos el movimiento selectivo y por supuesto la estabilidad.

– Las posiciones en el espacio y su relación con la gravedad: en decúbito supino y prono, menor tono postural. En sedestación relajada (menor tono) y erguida (mayor tono). En la bipedestación y el paso, mayor tono postural.
Dependiendo de lo que nos interese a nivel terapéutico, elegiremos la posición de trabajo que más nos interese. Si tiene un excesivo tono postural, buscaremos la postura que lo disminuya, como decúbitos supino y prono, y entonces iniciar el tratamiento adecuado para relajar estructuras.
En caso que lo tenga muy bajo y queramos aumentarlo, justamente haremos lo opuesto.

– En función de la utilización de objetos: cuanto más pesa un objeto, ya sabéis como funciona el tono. Cuanto más difícil sea el objeto de asir (por su tamaño, viscosidad, consistencia…) así como de manejar, mayor tono. No pidamos a un paciente que tiene un control del tono postural muy escaso, asir objetos muy grandes o muy pequeños, puesto que responderá con un aumento excesivo de tono que no permitirá el objetivo que le planteamos.

– Velocidad de ejecución del movimiento: cuanto más rápido es el movimiento, mayor tono y viceversa. No hace falta ser muy avispado para poner ejemplos. De hecho, en las movilizaciones de miembros espásticos, se recomienda que se hagan de forma lenta y pausada, estirando. Y para crear tono en extremidades hipotónicas, hay que aumentar la velocidad de movilización para dar respuesta tónica.

– Imagen que la persona tiene del movimiento: cuanto más difícil sea el movimiento que le pidamos o que perciba como complicado, mayor tono postural.
Si yo le ordeno que haga una flexión de hombro, junto a la rotación externa con una abducción todo combinado, son demasiadas directrices que desencadenan una reacción con aumento de tono, lo que perderá tanto el control como la calidad del movimiento.

– Factores psíquicos: el malestar, la irritación, vulnerabilidad, incomodidad, nerviosismo… mayor tono. Como ejemplo os expongo cuando bailamos con el/la chic@ que nos gusta por primera vez, ejecutar un movimiento se nos vuelve una tarea bastante difícil. O viceversa, en el caso que estemos tumbados en la playa escuchando las olas del mar sin ninguna preocupación, bajamos el tono postural de forma inmediata.

 

Dolor y miedo a la aparición del dolor: aumenta el tono postural debido a la reacción de protección hacia ése miedo al dolor. Es típico encontrarnos con hemiplejias o hemiparesias que han cursado (por mala praxis en ayudas hechas por familiares, profesionales o quien sea) un hombro doloroso debido a la subluxación causada por tirar de ése brazo.

El tono postural ya veis que repercute directamente tanto en el movimiento como en la fase previa de ejecución, y trabaja codo con codo con la sensibilidad y la inervación recíproca para crear una coordinación en el movimiento que dará la armonía necesaria para que se ejecute nuestro objetivo planteado de inicio de forma mental o por orden externa.
Me explico, tenemos un control sensitivo-integrador-motor en equilibrio para coordinar la acción de un movimiento planteado por un estímulo intrínseco (pensamiento, sed, hambre..) o extrínseco (una orden verbal), que dependiendo de las condiciones de éste equilibrio tono-sensibilidad-inervación recíproca, podrá o no ejecutar el movimiento voluntario con una calidad u otra.
Si tengo una sensación anormal, tendré un tono postural anormal, que generará un movimiento patológico lo que nos llevará de nuevo a una sensación otra vez anormal.
Puedes iniciar éste círculo vicioso en la parte que quieras, según afectación del paciente.
Alteraciones de la sensibilidad (hiper o hipo), tono postural (hipertonía o hipotonía) movimiento alterado (como la alteración del intercambio agonista-antagonista que produce una coordinación anormal del movimiento, o lo que llamamos inervación recíproca)… todo afecta.
Un pequeño apunte, curioso me parece el caso de que cuando tenemos una correcta alineación, aumente nuestra sensibilidad o percepción del estímulo, hecho que repercutirá directamente a la normalización del tono postural y se podrá ejecutar el movimiento como normal.

Inervación recíproca: modulación de excitación o inhibición dentro del SNC, que lleva a una interacciónarmónica de la actividad muscular en patrones de movimientos selectivos.

Por último, os dejo con una frase que dijo Berta Bobath: «El tono postural debe ser suficientemente alto para actuar contra la gravedad y suficientemente bajo para permitir el movimiento».
Vaya crack!

Feliz lectura

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